lunes, 24 de mayo de 2010

Yo de mayor no quiero ser gente


A veces cuando Yara está sentada en el pupitre le vienen miles de cosas a la cabeza (todas menos las que el o la docente me quieren transmitir en ese momento).
Se pregunta por qué el estudiar decidió estudiar una carrera, se pregunta porqué tiene novio, porqué se quiere casar, porqué quiere tener dinero, porqué necesita que todos la elogien y le digan lo inteligente que es.

Aún recuerda aquel sueño que tuvo de pequeña. Se acuerda de los niños que no tienen nada, de los niños que no son comprendidos, de la dureza de la escuela, de los libros y las películas que la sacaron de todo aquello...
Se acuerda de todas las mentiras de este mundo.

Sabe que le queda poco para acabar de estudiar su carrera, y con eso también, que la profesión que después va a ejercer, (si es que lo hace porque el trabajo está complicado) solo va a ayudar a alguien que ya está acomodado y como mucho, a ella misma. Sabe que lo demás, no va a repercutir en nadie más. Pero es que a su padre y a su madre les hacía tanta ilusión que fuese alguien en la vida... que se le olvidó por completo la ''tonta'' idea de dedicarse a algo como la Educación Social, la Educación Especial, la enfermería, la terapia ocupacional, la medicina, y miles de carreras más que tienen un fin humanizado... Total, con eso a lo máximo que aspiraba era a un salario fijo todos los meses y ya está. No optaba a ganar cada vez más y más. Sus padres querían lo mejor para ella, y todos esos sueños, no lo eran.

Pero Yara desde que fue a casa de su abuela y encontró aquella caja en donde guardar sus cosas, nunca se queda tranquila pensando que está haciendo lo mejor, porque busca y busca en la caja, y encuentra miles y miles de razones que se lo niegan.
Mientras come chocolate, sabe que un niño en un país pobre está trabajando de sol a sol en los campos de cacao, y no puede seguir comiendo. Algo parecido le ocurre cuando va a comer hamburguesas a una multinacional, o cuando va a comprar rompa de Inditex.
También se siente mal cuando tiene que ver películas cosmopolitas, o cuando lee una revista femenina que solo te transmite roles y estereotipos sexistas.


Cuando ella fuese mayor... El problema es que Yara ya era mayor.
Por primera vez en su vida, le vino una pregunta determinante: ¿Qué haría en su lugar una persona que ya era mayor?

Y entonces, Yara recogió sus cosas, se levantó de la silla y salió de clase.

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